Charla en el edén de los zapatos de Sex and the City hablan de la nueva película basada en la serie, que llegará el jueves a los cines locales
Por Natalia Trzenko
Enviada especial(nota publicada el domingo 30 de mayo en el diario La Nación)
NUEVA YORK. – Este es el paraíso en la tierra. En un rincón de Bergdorf Goodman, una de las tiendas más sofisticadas de Manhattan, ubicada a pasos del hotel Plaza, viven cientos de pares de zapatos con nombre y apellido -Christian Louboutin, Manolo Blahnik-, junto a otros de marcas que son sinónimo de lujo y belleza: Chanel, Celine, Lanvin. Suena a plegaria laica dicha en el púlpito de la moda. No hay mejor lugar para que una de sus máximas sacerdotisas, Sarah Jessica Parker, dé por comenzada la misa en este primaveral domingo neoyorquino. El tema del sermón: la flamante entrega cinematográfica de Sex and the City , la historia que la hizo conocida alrededor del mundo y la transformó en un ícono del estilo, una creadora de tendencias que, en sus ratos libres, también es actriz. Y su papel más famoso, como el Han-Solo y el Indiana Jones de Harrison Ford, es Carrie Bradshaw, la columnista que hizo de su soltería una bandera. Hasta que se casó con Mr. Big (Chris Noth), comieron perdices -o su equivalente en la moderna cocina de Manhattan- y a ella se le ocurrió empezar a hacerse preguntas sobre las tradiciones matrimoniales, punto de partida para la nueva película que Warner presenta este jueves en la Argentina.
Un pequeño grupo de medios de todo el mundo -incluido LA NACION-, ingresa en el edén de los zapatos para esperar a Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis y Cynthia Nixon o «las chicas» como las llamarán durante el encuentro Michael Patrick King, guionista y director, y Chris Noth, el actor conocido por todas como Mr. Big, el elusivo amor de la vida de la protagonista.
Usualmente en este tipo de conferencias de prensa, el periodista no ve la hora de que los entrevistados comiencen a hablar. En este caso, todos deseamos que se tomen un minuto porque primero queremos ver bien de cerca y en detalle qué tienen puesto. Mirar la falda y los brillos de Sarah Jessica, los detalles florales del vestido de Cynthia, observar el entallado vestido de Kim y admirar el bellísimo pelo de Kristin. Después de todo, la serie acostumbró al público a que tan importante como su relato es lo que sus protagonistas llevan puesto de los pies a la cabeza.
Orient Express
«Cada vez que me siento a pensar en el próximo episodio me doy cuenta de que tiene que ser un capítulo completamente nuevo. Sé que tengo que escribir algo novedoso y que mi punto de partida siempre es y tiene que ser que la audiencia la pase bien», dice King, que para mantener la novedad y la frescura no tuvo mejor idea que trasladar a sus personajes a la calurosa Abu Dhabi, capital de los Emiratos Arabes Unidos. Claro que la ciudad no compartía el entusiasmo del realizador por el cuarteto de desinhibidas mujeres y por eso la producción se mudó casi dos meses a Marruecos, más precisamente a Marrakech, transformada en Abu Dhabi por la magia del cine.
«Hacía calor, estaba lleno de polvo por todos lados y yo me la pasé casi todo el tiempo borracha», bromea Cattrall al invocar a su Samantha Jones, la instigadora del viaje al que invita a sus tres amigas para que disfruten de la decadencia, la riqueza y la ostentación que, crisis financiera mediante, a Nueva York le está faltando.
«Para Carrie la cultura musulmana funciona como el lente perfecto para observar e intentar resolver los interrogantes que la rondan en este momento de su vida. Se trata de las tradiciones y de cómo las definimos y redefinimos. De cómo otras mujeres manejan sus relaciones en medio de las convenciones sociales e institucionales. Para mí fue un privilegio estar allí, rodeada de todo tipo de mujeres. Creo que así es como se siente Carrie al final de la película. Fue una experiencia enriquecedera, única y reveladora», explica Parker, que también es productora del film.
Las tres M
Es difícil pensar que quede alguna fanática de Sex and the City en el mundo que en los seis años que duró la serie en HBO no se haya imaginado probándose los zapatos de Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte para ver cuál personalidad le quedaba mejor. Frente al experimento, la mayoría solía concluir que prefería tener un poquito de cada una y en general se identificaban, aunque sea un rato, con las tribulaciones de las cuatro fabulosas de Manhattan. Claro que nadie apreció y aprecia tanto a estas mujeres como las mujeres que las interpretan.
«Amo a Samantha. Es un personaje libre, que no juzga a nada ni a nadie, que armó está maravillosa familia con sus amigas. Siendo la soltera del grupo, para ella sus amigas son su familia. Yo soy soltera ahora y a veces te sentís muy sola. Después de 14 años, es como una segunda piel que simplemente me pongo. Pero aun así, siempre hay desafíos nuevos que Michael nos escribe. En el caso de mi personaje se trata de la menopausia», detalla Cattrall y le da pie al resto para discutir sobre las tres M que atraviesan la historia. Matrimonio, maternidad y, sí, menopausia. Si Carrie se debate sobre los usos y costumbres de la vida de casada, Charlotte y Miranda transitan la maternidad de maneras tan personales como realistas.
«Charlotte siempre estuvo obsesionada con la perfección. Ahora su meta está enfocada en ser una madre perfecta y es difícil hablar sobre las dificultades y el dolor de la maternidad, de tener ese trabajo todos los días», reflexiona Davis. Parte de esos dolorosos conflictos se juegan en una divertida y al mismo tiempo conmovedora escena entre Charlotte y Miranda, las mamás del grupo.
«Para mí, lo mejor es el cambio que experimentó Miranda. Históricamente este personaje tenía una «zona» de seguridad, su carrera, y otra muy insegura, que era su costado femenino, su vida como mujer. Lo emocionante es que finalmente creció y se siente cómoda como esposa y como madre», define Nixon, que para sorpresa de muchos no es pelirroja sino rubia y así aparece en la conferencia de prensa.
Pensando en grande
Parece un poco fuera de lugar, un poco incómodo, rodeado de tanto lujo de signo femenino y su primera declaración lo confirma.»Todavía no sé el nombre de ninguno de estos zapatos», dice Chris Noth cuando le preguntan por la evolución de su personaje desde los tiempos en que con una sonrisa volvía loca a Carrie y con ella a todas las seguidoras de la serie que deseaban, necesitaban, que Mr. Big fuera el indicado, el hombre y punto. El actor parece un poco reticente a reflexionar en público sobre su actuación o tal vez todavía esté un poco dolido porque dos ex novios -Aidan (John Corbett) y Smith Jerrod (Jason Lewis)- rodaron en Marruecos mientras que él tuvo que quedarse en Nueva York. Finalmente, acepta definir al lobo feroz de Caperucita Carrie. «Creo que la evolución de Big desde el piloto de la serie hasta ahora es la de un hombre que pasó de tener una mente fría a tener un corazón ardiente», sentencia Noth para satisfacción de la platea femenina que no puede evitar un suspiro muy poco profesional.
A esa platea, pero multiplicada por cientos de miles alrededor del mundo, está dirigida Sex and the City 2. Para ese público que entiende que en situaciones sociales al baño se va de a dos, que un par de zapatos altos elevan tanto la estatura como la autoestima y que la llamada de un pretendiente es importante, pero la de una amiga es sagrada.
INVITADOS ESPECIALES
- Siendo uno de los grandes estrenos del año, de recaudación probablemente muchas veces multimillonaria, este film cuenta con unos cuantos invitados famosos que no querían perderse la fiesta. Así, Liza Minnelli aparece disfrutando al máximo de su condición de ícono gay, Miley Cyrus camina por una alfombra roja para causarle problemas a Samantha y Penélope Cruz hace derroche de sus artes de seducción para complicar el matrimonio de Carrie y Big.
95 millones es el presupuesto total del film
10 millones se gastaron sólo para armar el vestuario de las protagonistas.
41 cambios de ropa tiene Sarah Jessica Parker en esta película.
415 millones de dólares recaudó la primera película
fuente: Diario La Nación